Óleo y resina sobre acrílico
5 x 3 mt
2012
Titulada con el nombre dado por los conquistadores españoles a la zona de Aysén o Patagonia chilena, esta obra perteneciente a una serie de trabajos centrados en la práctica de la pintura, la figuración y el realismo. En ellas, se ha buscado plantear una revisión de los límites de la pintura y su relación con la estructura narrativa contenida en retazos de escenas, habituales y abundantes en la historia de la pintura.
Las obras dialogan con la tradición de la pintura, especialmente con la representación de la escena como momento narrativo inconcluso, donde el motivo desprendido desde lo cotidiano, es sometido a una manipulación formal para producir una dislocación del sentido lógico convencional.
La naturaleza de la escena como fijación de un intervalo de tiempo aislado de una secuencia narrativa mayor, pero desconocida, refuerza el absurdo del espacio representado, generando escenarios inciertos, de ambigua interpretación, donde la naturaleza se presenta como un espacio ligado a diversas asociaciones afectivas y simbólicas.